la derecha

A pesar de llevar varias semanas sin publicar ninguna entrada he estado redactando algunas lineas que se han quedado en borradores, casi todas ellas giraban en torno a noticias relacionadasa con el mundo educación.
La primera, el acoso a una niña de nueve años por una parte de sus compañeros y profesores de un colegio público de Valladolid, porque su padre había conseguido tras varios años de lucha un fallo judicicial para que se retirasen los crucifijos de las aulas.
La segunda, el apoyo con dinero público para colegios que defienden las aulas separadas según el sexo de los niños.
La última, las clases de Educación para la Ciudadanía impartidas en lengua inglesa.

En el reino de España realmente es muy dificil imaginar un partido de derechas que sea capaz de apoyar la laicidad de estado y que considere las creencias como un derecho pero circunscrito en el ámbito de lo privado, y que de la misma forma considere la interacción entre los individuos como algo sano y constructivo independientemente de su sexo u orientación sexual.

No, la derecha que tenemos fomenta la objeción de conciencia de la Educación para la Ciudadanía y, si esto no es es posible, su exposición en inglés para que sea un poco más dificil comprender el parrafo anterior.

Y tú ¿De qué religión eres?

En Facebook, uno puede ir pegando saltos por los amigos de sus amigos que tienen sus cuentas abiertas y husmear en su vida a través de, por ejemplo, sus fotos

Pero lo que más me llama la atención de alguno de los usuarios de FB, es el tipo de información que dan en sus perfiles; sobre todo lo que concierne a como resumen sus ideas políticas y sus creencias religiosas, y que suelen expresar en dos o tres palabras.

Yo soy de los que piensan que la ideología y las creencias pueden descubrirse sin problema comprobando las respuestas de cada individuo a los estímulos vitales y sociales en el día a día; pero, es verdad, que al plasmarlo de manera telegráfica se pretende que el interlocutor, ya sea voyeur ocasional o persistente, pueda adscribirte rápidamente al grupo en el que deseas sentirte integrado.

Se me ocurre que en el binomio identidad/identificación, la identidad es un deseo y la identificación es la jodida realidad.

la propiedad intelectual y yo mismo

El lunes recibí una notificación de youtube en la cual me informaban que habían retirado un vídeo colgado en su espacio por vulnerar los derechos de propiedad.
En concreto se podía oír un fragmento de la canción Mi amigo Bronco ilustrando algunas estampas bastante inocuas de la ciudad de México.
Simplemente era un pequeño homenaje a lo que se podía oír en un pesero en el tiempo en que grabé las imágenes.
Cuando subí el vídeo, hace seis meses ya sospechaba yo que algo así podía pasar aunque no hubiera ánimo de lucro.
De todas formas, lo que más me llama la atención, es que si tecleas Mi amigo Bronco en la barra de búsqueda de youtube aparecen más de un centenar de dudosos homenajes con este mismo motivo.

reconstruciones gráficas 2

Un amigo me ha hecho llegar esta imagen aparecida en el diario mexicano Milenio de ayer domingo.
La fuente que cita es la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, me imagino que se refiere a los datos para la elaboración de la imagen por parte del periódico.
No obstante se echa de menos, aparte una vista cenital complementaria, las referencias a la distancia recorrida en cada uno de los puntos señalados.
Si uno lee la información que acompaña a la imagen se habla de un helicóptero que cruzo la trayectoria del avión en el instante que se desencadeno la tragedia y el gráfico lo obvia por completo, a pesar de que los puntos marcados como 1 y 2 hacen referencia al la nave todavía en vuelo.

reconstruciones gráficas

Antes de ayer un pequeño pero potente avión con un ministro dentro se estrelló sobre un cruce de avenidas en la Ciudad de México.
Acostumbrado a ver como, en España, todos los periódicos del día siguiente, incluyen una reconstrucción gráfica minuciosa de hechos de este calado, su ausencia en los diarios mexicanos hace aparecer el suceso como mucho más inexplicable.

Llenando vacíos

Un día dejas de escribir porque no tienes nada que decir.
Quizás tienes algo que decir pero no quieres ni pensar en como reflejarlo en el espacio en blanco.
Así que con lo que tienes más a mano, el ratón garabateas algo.

Paul Weller

El sábado estuve en un concierto de Paul Weller. Yo salí satisfecho pero a mi pareja le resultó insoportable.
He leído varios comentarios sobre la actuación y, el caso es que comparto tanto con los argumentos positivos como en los negativos.
Es raro.

poesía, canciones y taxonomía

Hace unos días leí un artículo sobre si las letras de la música popular pueden clasificarse como poemas, como poesía o son otra cosa.

Creo yo que el problema de los usos taxonómicos, que como medio resultan muy prácticos para poder moverse en el vasto mundo de la creación humana, como fin son nefastos.

Me explico: Una cosa es ordenar y otra otorgar un rango. Es decir, me valgo de una clasificación para calificar sus componentes. Poner nota, vaya.

Yo soy de los que piensa que son cosas diferentes. La mayoría de las letras de la música popular surgen de un proceso de creación que las integra para ser entonadas y, precisamente, en la forma de ser interpretada, vocal e instrumentalmente, tal vez encontremos algo que pueda agradarnos o sobrecogernos o, por el contrario nos resulte insulsa e incluso odiosa. Luego está también el sesgo sociológico o cultural al que, como individuo, nos adscribimos y que nos hace amar y rechazar como acciones subjetivas y arbitrarias que son.

En cuanto a los contenidos, me parece que, aunque a veces se pretenda negar, existe una intencionalidad tan diversa en la música pop como en la poesía entendida académicamente (con todas las vanguardias bien o mal digeridas)

De todas maneras, todos hemos visto poemas muy bien musicalizados, mientras otros lo han sido de manera terrible. La culpa generalmente hay que buscarla en el adaptador y no en el texto.

Igual que existen versiones de canciones pop que nos resultan más gratificantes que el original, otras en cambio pueden destrozarlo sin complejos.

un dato curioso: la niña y el infierno

Hoy he echado una ojeada a las estadísticas de visita de mi página y me he encontrado que uno de los comentarios más visitados es el que titulé saquemos a la niña del infierno, que no era más que un breve comentario a una película de Terry Gilliam, pero me temo que precisamente en el título se encuentran varias palabras que por lo visto la gente combina mucho en sus búsquedas.

cerebrales e irracionales

A mi no me parece mal que se ilustre Barcelona u Oviedo con la música de Paco de Lucía.
Quizás, profesionalmente, sí que me puede parecer mal que un antropólogo no controle los recursos mínimos de la lengua objeto de su estudio, pero, la verdad es que esta situación resulta de lo más cotidiana en la vida real.

Sobre el hecho de presentar en una película a los yanquis como cerebrales y a los indígenas como irracionales, aunque tampoco se salve del análisis bajo la mirada del antropólogo, o simplemente con la declaración de derechos del hombre bajo el brazo; la verdad es que esta yuxtaposición viene a ser un recurso de los más socorrido en cine y literatura a la hora de contar una historia, incluso aunque todos los personajes pertenezcan a la misma sociedad o al mismo grupo social.

El caso es que la historia de Vicky funciona, como también la de su anfitriona, y por eso salgo contento del cine.

Carlos Berlanga y el tesoro público.

Ayer me topé en la tele con que la campaña del tesoro público del reino de España para esta temporada de inflación y crisis es Lady Dilema de Carlos Berlanga.
Bote de colón después de muerto y de que sus herederos se hayan puesto de acuerdo para repartirse los beneficios.

el ocio comunicativo

Últimamente escribo más fuera de este sitio que aquí dentro.
Tengo un montón de entradas a medio hacer y se me acumulan los borradores incompletos.
Luego está el que, como en todos los inicios de curso, me dedico más tiempo a bucear en nuevas posibilidades laborales que a ejercitar el ocio comunicativo.

encuentro en el facebook

El caso es bien simple. Parece de guión de película yanqui.
Pues tengo dos conocidos que creo que me estimaban bastante, pero entre ellos existía una enemistad manifiesta. Con el primero retomé un contacto fluido a través del facebook. Un día me encuentro con que el segundo tiene cuenta también allí y le invito a comunicarse conmigo. Irremediablemente cuando entra en mi perfil se encuentra con el primero y ya de por sí el que aparezca su cara sonriente junto a la suya en el mismo plan, le resulta de lo más sangrante.
Ninguno de los dos a vuelto a dar señales de vida. Yo, aquí, contemplando sus dos fotos tamaño carnet sonriéndome.

De nuevo, las colas

No hace mucho comenté como Arturo Barea, partiendo de sus recuerdos sobre la fila de formación que debía de hacer en el colegio, en el Madrid de la primera década del siglo XX, aprovecha para hacer hincapié en el sentido social de las colas y como proyectan la ubicación del individuo en un mundo totalmente jerárquico y autoritario.
Hoy me encontrado en tantas cosas a Iván tragándose la cola del banco, que lejos de ser algo espontaneo, descubre horrorizado que responde a criterios totalmente estructurados.

Las colas nos acompañan toda nuestra vida. Tenemos que solicitar turno en la charcutería y luego en la cola de la caja del supermercado. En la lista de especialista y en la sala de espera en los centros médicos. la cola para reponer combustible. Luego están las ventanillas administrativas, las colas del autobus, las colas de devoción y las colas de ocio. Pero también las colas del emule y el p2p.

Todo muy bonito y muy ordenado pero, no sé por qué, la cola siempre ha sido fuente de estrés: Que si las espera, que si debería estar en otro sitio en lugar de ese, que si la perdida de tiempo, que si se me cuelan, que si me cuelo yo...

retrato con niño

He descubierto que facebook te desvela sin ningún pudor cual es realmente tu perfil vital, sobre todo cuando empiezas a agregar a viejos conocidos que en la foto de usuario van con un niño a cuestas.
Resulta curioso como, cuando no tenemos nada que exhibir, exhibimos al niño como aquello que nos redime de nuestras culpas y fracasos.

Derechos de autor

Hace unas semanas me topé en la red con un reportaje en vídeo que hice hace casi quince años. Aquello aunque tuvo cierta difusión, pero en ningún momento se hizo con ánimo de lucro.
Así que aprovechando que alguien ha tenido la molestia de convertir la cinta analógica en archivo digital y, para hacerlo más accesible, lo he segmentado y colgado en youtube.
Ahora me pregunto si con esto no corro el riesgo de ser demandado ya que introduje como ilustración musical una cancioncilla de un grupo popular convencional, que se oía mucho por las calles en ese momento.
Tal vez están ahí fuera esperando cobrarme el homenaje.

un mundo audiovisual idílico

Existe un mundo idílico creado por los gestores de derechos de autores en el que sólo se escucha y se ve lo que cada uno quiere porque eso es lo que él va a pagar.


Pero la percepción de los individuos es totalmente contraria: Nos están haciendo pagar para que nos traguemos los productos visuales y sonoros más infumables.

Hard Candy

Este fin de semana vi Hard Candy, a la que llegue a través de unos comentarios en cerillas garibaldi.
Mientras la veía no dejaba de pensar en La Huella de Mankiewicz, también sobre la venganza. Aunque creo que en el caso que nos ocupa quizás resulta interesante verla pensando que la clave no es la venganza sino el remordimiento. En este caso, menos efectista pero más creíble, el personaje de Ellen Page es la propia conciencia de Patrick Wilson.
El problema de esta aproximación, sería el dialogo de la protagonista con la vecina, que precisamente parece estar puesta allí para que rechacemos cualquier lectura no corporea del personaje de Page (que podría verse también como el espectro de una víctima o el ángel de la guarda de estas). Si el personaje fuera plausible, como parecen pretender los creadores de esta película, el abuso no existiría porque dotan a la victima de una capacidad de resolución individual de la que carece y que por tanto la hace vulnerable.

entradas perdidas en la noche

Todas la noches antes de dormirme se me ocurre algún tema para una nueva entrada. Por la mañana al intentar actualizar esta página no consigo recordarlo.

p.1

Mitomanía y pop.

Quizás uno de mis problemas para actualizar estas páginas se encuentra en el hecho de que soy muy poco mitómano y que mi bagaje cultural es exclusivamente pop. Incluso con la música culta soy muy pop.

la moto

Leyendo un comentario sobre la violación de la distancia estética, recordé alguno ejemplos de un recurso cinematográfico funesto, que consiste en mostrar al principio de la la película una determinada habilidad del protagonista que luego, llegando al desenlace, utilizará para salvar con éxito los obstáculos que dificulten el happyend.
Yo, cuando empieza una peli y veo lo bien que se maneja el héroe con la moto, apago la tele.

De nuevo Gainsbourg

... o qué canción escribir. En cambio otros dan en el clavo con la mayor facilidad
Je suis venu te dire que je m'en vais

el genio perdido

Me acabo de de encontrar unas declaraciones antiguas de Julian Schnabel que, al ser interrogado sobre su salto de la pintura al cine, decía que hay gente que sabe pintar bien, gente que sabe dirigir bien, pero cuyo problema estriba en que no tienen claro qué pintar o qué película hacer...

Lou Reed y Beethoven

Siguiendo con la entrada anterior yo soy de los que nos parece una estupidez comparar a Lou Reed con Beethoven, aunque más estúpido me parece perderse a cualquiera de los dos.

La aspirina y la cura contra el cancer

Hace unas semanas leí un articulo de Fernando Savater en el que rechazaba el desprecio hacia los best-sellers. Decía algo así que no porque no cure un cáncer rechazamos una aspirina, que sí que alivia males menores.
A mí la idea de la frase me gusta, porque es uso común, para justificar ciertas actitudes, establecer unos términos de comparación totalmente engañosos y desiguales con conexiones la mar de dudosas, con el fin de echar por tierra uno de ellos. Y no me refiero sólo al campo de las expresiones artísticas, pues esta práctica se ve todos los días en el ámbito laboral, en lo social o en lo político como maniobra común de enmascaramiento del autoritarismo.
De todas formas en el caso de los best-sellers lo que sí que me llama la atención, es que aunque en teoría sean aspirinas de entretenimiento, lo cierto es que las editoriales y los medios los promocionan como milagrosas curas contra el cáncer.

difusión alternativa

rebeldemule
indypeer

El jefe siempre engaña

Lamentablemente siempre ha sido así.

Sí, ella es la culpable

Hoy, casi por casualidad me he topado con la página personal de Patricia Godes, una de las principales culpables de mi pasión por la música popular y los tesoros que esconde. Merece la pena leerla.
10 claves para entender la movida

Películas con sorpresa

Hay un recursos literario-cinematográfico muy usado, pero últimamente, también muy desgastado, por lo mal presentado y peor desarrollado.
Este recurso es aquel que se basa en la sorpresa de quién es el malo de la historia:
Suele tener tres variables:
- la chica (la figura débil, a la que hay que proteger)
- el maestro (la figura protectora/el padre)
- el mejor amigo (la figura en la que más se confía/el hermano de sangre)
De las tres la que menos me gusta es la última, por que además resulta la alternativa más simplona y tramposa, (además que convierte al protagonista, a la vez que al guionista, en bobalicón de última hora por desconocer tanto a su supuesto íntimo).
Tampoco me gusta el de la chica que, aunque resulte obvio decirlo, es un giro que siempre se sustenta en estereotipos sexistas.
Yo creo que la del padre, la del maestro, es la buena y la que, si está trabajada, puede salvar la película. Normalmente, si cuando salimos del cine empezamos a pensar, que ni sorpresa ni nada, y que sí, que el protagonista es un bobo ingenuo y engreído, tanto como nosotros, que no se ha dado cuenta que el personaje del maestro ha ido a su bola todo el tiempo, le ha utilizado, y que realmente le importaba una mierda lo que le podía pasar o dejar de pasar al supuesto héroe; entonces sí que nos damos cuenta que la película sí que era buena. Es más concluimos que el verdadero protagonista es el malo, que ole sus cojones y, eso, que le den al niñato.

redes sociales y falsos amigos

Hace un par de días una amiga mexicana me invitó a participar en Facebook. A mi este tipo de sitios no me han llamado demasiado la atención nunca, lo mismo me pasó con Myspace (que visual y organizativamente me parecía un horror, no sé si habrá cambiado en los últimos tiempos) o con Second Life. Tampoco he tenido mucho que vender de cara a la galería.
Creo que no van con mi forma de ser que siempre me ha llevado a moverme por la red con un anonimato relativo a la par que preventivo, precisamente para evitar "amigos" indeseados.
No obstante, por ella, me di de alta.

jugando a los monstruos

Personajes imaginarios como Hannibal el Canibal, tan queridos en la línea de sombra, no dejan de ser más que creaciones pedantes que sólo se mueven con soltura entre la gente que práctica, como él propio doctor Lecter o Thomas Harris, snobismo de manual. Sus, en teoría, exquisitas referencias culturales, más que asumidas parecen haber sido anotadas a toda prisa para poder dar el pego en una fiesta de aspirantes. Su perversidad impostada, no consigue profundizar en los mecanismos mentales de los auténticos depravados que nos castigan todos los días en los periódicos.

Mezquindad

Siguiendo el hilo de las dos entradas anteriores, y como homenaje al recientemente fallecido Rafael Azcona, se me ocurre recomendar la película Plácido, que dirigió Berlanga con guión del primero. Un tratado sobre la mezquindad humana, independientemente de cual sea la condición social o la trayectoria vital de cada individuo.
Recuerdo que, la última vez que la vi, me pareció que un personaje, sólo uno, dejaba ver un destello de bondad. Lo siento pero se me ha olvidado cuál, quizás me esté equivocando, no sé, habrá que verla otra vez.

El castillo y el monstruo

Los jueces y los fiscales se echan la culpa entre sí o se la echan al ministro de justicia o al administrativo de turno. El monstruo deambuló por el castillo y nadie le retuvo.

El señor K es el monstruo

Estamos rodeados de monstruos de puerta de al lado, algo que corrobora la detención de Santiago del Valle, un tipo que lleva toda una década esforzándose por aparecer lo máximo posible en los medios de comunicación, preferentemente televisivos, moviéndose en una especie de limbo virtual que te permite ser protagonista anónimo ante millones de espectadores aprovechando la necesidad de rellenar tiempo de emisión.
Y los más llamativo del caso es que, el monstruo, como un señor K. pero seguido de una cámara de vídeo, se ha paseado voluntariamente, acusando a otros y reclamando vivienda, por juzgados, ministerios, y consejerías, con una sentencia condenatoria firme metida en el bolsillo, y se le ha ido derivando de ventanilla en ventanilla burocrática mientras deambulaba por media España. Nadie se hizo cargo del monstruo.

la edad penal

Incapaces de controlar a los niños, los políticos de la derecha los quieren meter cuanto antes en la cárcel.

La Fila

Estoy leyendo La Forja de un Rebelde de Arturo Barea y he quedado gratamente sorprendido al encontrarme con un tratado de etnología de la España de principios del siglo XX, pero, Barea, no se queda ahí, si no que ahonda en el significado universal de las conductas culturales que observa para desvelarnos lo que a la mayoría de sus contemporaneos pasaba inadvertido, oculto tras el velo de la cotidianidad.

Un ejemplo de esto es su esplendido análisis de las filas humanas de formación y sus variaciones: en la escuela, en el ejército y las paradas militares, en las procesiones religiosas. El valor del puesto en la fila, mas allá de la interpretación jerarquica. La extrapolación del lugar que se ocupa en la fila al devenir existencial dentro del orden social. La fila como ejemplificación, a la vez que expresión simbólica, de ese mismo nomos que nos abraza y contiene.

No abra nunca esa puerta, bajo ningún concepto

Existe un recurso literario, recogido luego por el cine, en el que al personaje protagonista se le deposita en confianza la custodia de un espacio pero se le prohíbe categóricamente el acceso a una determinada parte de éste, una habitación, que a veces es sótano, a veces la buhardilla, otras veces un ala entera (la famosa ala oeste).
Un espacio que guarda un secreto, a veces terrible.
Realmente no es más que la variación de la Caja de Pandora.
El cuento de Barba Azul escrito a finales del siglo XVII por Perrault, es un ejemplo perfecto de este recurso: Barba Azul entrega la guarda de las llaves de su mansión a su última esposa, pero prohibiéndole el acceso a una estancia.
El cuento parece no tener otra finalidad que la de condenar la curiosidad y la traición a la confianza. Pero lo que más me gusta de la historia es su sencillez circular pues, trás la puerta, no están más que los cadáveres de los que ya han abierto, previamente, esa misma puerta, tal vez curiosos o traidores, pero cuyo único delito es haber transgredido la norma absurda impuesta por la autoridad.