La busqueda de Radiógeno
Debemos seguir buscando algo que nos muestre tal como somos y que sea capaz de transmitir algo.
Decía Gombrich algo así como que el problema del Laocoonte era que el artista sólo persigue, o sólo consigue, que admiremos el desarrollo formal de su obra, que veamos su dominio del cuerpo humano, su manera de retorcerlo, la grandiosidad de la figura central..., pero todo esto no denota quizás más que un sensacionalismo bastante soberbio.
Al redescubrirse el Laocoonte en el Renacimiento se inició una estela admirativa que creo que, aunque ha dado genios, no ha sido buena para nuestra percepción de la realidad, de la belleza, de la fealdad, de lo bueno, de lo imperfecto, de lo correcto...
Ha recortado nuestra visión del mundo que nos rodea.