Difusión Difusa

lunes, enero 30, 2006

Dos películas y una obesión

Volviendo a Mancini y Legrand. Dos películas que crean adicción en mentes como la mía: Dos en la Carretera y Los Paraguas de Cherburgo. Las bandas sonoras están compuestas, respectivamente, por los arriba mencionados.
Por cierto, el otro día estuve viendo la versión restaurada de El Mago de Oz y también tiene lo suyo. Engancha y se revisa repetídamente con interés. A pesar de ser una película incompleta (donde algunos personajes anticipan cosas que nunca vemos, porque nunca llegaron a rodarse), rapiñar con voracidad al Disney de los siete enanitos, y ser un ejercicio de loa a la mentalidad yanqui y a su noción de Estado (recuérdese, aquella que justifica que arrasaran, del Este al Oeste, los actuales USA y que, a día de hoy, continúa por los mismos derroteros); esta película tiene algo relacionado con el subconsciente, con los sueños, con los miedos que actúa sobre el cerebro de manera incontrolable.
La clave: En casa como en ningún sitio.

sábado, enero 21, 2006

Y a mi qué me importa

Un comentario en tenedor para pescado sobre la valoración y la percepción de la obra de cierta fotógrafa, Francesca Woodman, me recordó, por ejemplo, como condiciona al lector el prólogo de La Conjura de los Necios de Toole y hace que la leamos de otra manera. En este caso, es una distorsión que ha pasado a formar parte del propio libro, pues todas las ediciones tienen ese preliminar que relata como la novela llegó a las manos del editor.
Esto me hace pensar en los falsos prólogos que son utilizados en innumerables novelas como recurso literario (y que, como saben, hay incluso ciertos lectores que se toman como reales), aunque sobre este asunto volveré otro día.

De todas maneras no hace falta que se contextualice en el prólogo o en la contraportada, algún aspecto de la vida del escritor para que leamos un texto de forma condicionada. El binomio artista/suicidio es uno de los que más incide en nuestra manera de acercarnos a una obra. Me viene a la memoria, Silvia Plath y La Campana de Cristal. Pero hay docenas de ejemplos, y no sólo escritores.

Por último, hay un condicionante, que yo creo clásico en los lectores a partir de mi generación, y que poco tiene que ver con la vida del escritor que, por cierto, ya condicionaba la lectura, aunque de otro modo. Me refiero al Guardián entre el Centeno de Salinger y el asesinato de Lennon.

miércoles, enero 18, 2006

Jobim

Debo enmendar mi error, pero sí que hay algún lugar en lengua española donde se ocupan de Jobim con cierta exhaustividad.
También, aprovechando el puente de Jobim, vale la pena volver a escuchar a Henry Mancini o a Michel Legrand y plantearse, con una pizca de maldad, quien copiaba a quien de los tres. Seguramente, los culpables de esta interrogante sean de los pianistas de hotel.
Por cierto, recurro con asiduidad al Poder de la Palabra para para escuchar música. Los tres están dentro, pero sólo Jobim junto a los compositores clásicos.

miércoles, enero 11, 2006

Volver al tajo

Desde que deje de escribir, entró el año y ya ejercí de profesor unos cuantos días. Agradezco a Fernando que me cediera el lugar para intentarlo. Algo de experiencia ya tenía en la UPM. Creo que al menos les desperté algo la atención. Era gente con cerca de 17 años. Les estuve contando sobre el proceso autonómico en España. Me acordé del tiempo en México y lo comparé con su República Federal. Ahora me pondré a opositar.
Estas navidades no he descubierto nada interesante, pero he estado escuchando a Antonio Carlos Jobim y a Elis Regina. Por cierto me he dado cuenta que no hay nada sistemático en castellano sobre su obra en internet. Sólo pinceladas dispersas. Lo mejor las tablaturas de acordes.
Por cierto me regalaron lo último de Jamiroquai. Agradable pero sólo pasable.